Los compuestos orgánicos volátiles (COV) tienen un efecto directo sobre la población de cerdos, que se manifiesta en parámetros productivos como mortalidad, descartes y ganancia de peso, afectando la rentabilidad de la actividad porcícola. Para combatirlos, es importante la aplicación de microorganismos benéficos que estabilizan y regulan la población microbiológica, reduciendo la presencia de bacterias y virus y por ende las enfermedades derivadas de estos compuestos.